El mandatario pidió seguir avivando la llama poderosa del cambio e hizo hincapié en que el país está pasando por su mejor momento económico, con profundo respeto a las libertades democráticas.
Los paraguayos vamos a movilizar las capacidades para aplicarlas a la transformación.
Para ello tengamos una visión articulada. Desarrollemos una sinergia que multiplique voluntades, y reunamos toda la expectativa ciudadana.
Quiero que este sea un mensaje a la Nación, pero también una clara indicación a las máximas autoridades institucionales.
Democracia en acción
No nos vamos a cansar de decir y repetir que nuestro Gobierno cree firmemente que no existe otro sistema que supere a la democracia, democracia como expresión de la voluntad popular a través de los votos y a través de la participación de los ciudadanos y ciudadanas en la vida nacional.
En la democracia podemos desarrollarnos a condición de que integremos todas las fuerzas del espectro político y ciudadano, sin tener en cuenta diferencias por colores o ideologías. La alianza que nos llevó al poder es el mejor ejemplo de ello. Convivimos juntos en base a un objetivo común.
Esa es la razón por la que hemos emprendido la tarea de dialogar con todos los partidos representados en el Congreso Nacional. Y eso nos ha permitido llegar a acuerdos con unos y con otros. En unos casos hubo divergencias, pero esa una parte de la democracia.
El resultado real es que eso nos permitirá avanzar en muchos sentidos, tanto en el Poder Ejecutivo, como en el Congreso y en la Justicia.
Del crecimiento al desarrollo
Nos hemos propuesto desde el Gobierno convertir el crecimiento en desarrollo. Esto quiere decir que no solo estamos por el aumento de la producción de bienes y servicios y que se genere más riqueza en nuestro país mediante el esfuerzo de empresarios y trabajadores.
Vamos a incorporarnos a las posibilidades globales para el desarrollo. Vamos a pensar en instalar con competitividad nuestros productos a nivel mundial. Hagamos una sinergia de las políticas en infraestructura, desarrollo rural e industrial y tecnología.
Queremos el verdadero desarrollo, que implique no solamente generar más riquezas sino que esa riqueza podamos convertirla en justicia social sustentable, que nuestra democracia no solo sea una democracia política sino también una democracia social y económica sustentable.
De nada valen los altos indicadores macroeconómicos si la mejora de la economía no se traduce en más educación, más salud, más empleos, más oportunidades de realización de la mayoría de la población paraguaya.
Política exterior
En materia de política exterior, en estos dos años de Gobierno hemos dejado en alto la imagen de nuestro país en todos los foros internacionales a los que hemos sido invitados.
Nuestra política exterior está basada en el respeto mutuo entre todas las naciones del mundo.
Promovemos la integración regional, que servirá para encarar proyectos conjuntos que convengan a los intereses de nuestra Nación y para insertarnos en la globalización internacional formando parte importante de bloques de naciones con intereses y estrategias comunes para lograr sus grandes objetivos en el concierto mundial.
Defendemos firmemente la no injerencia en los asuntos internos de los países. Pero al mismo tiempo, participaremos decididamente dentro del marco de los organismos internacionales para impedir cualquier intento de ruptura del sistema democrática en la región.
Al mismo tiempo estamos estableciendo nuevas relaciones diplomáticos con países y regiones con los que no teníamos esos vínculos con el propósito de abrirnos nuevos y espaciosos horizontes. Orientaremos a nuestro servicio exterior para que participe activamente en la búsqueda de nuevos mercados para nuestros productos, porque la globalización nos brinda oportunidades hasta ahora desconocidas y la calidad de nuestros productos de exportación nos hacen sumamente competitivos, sobre todo en materia de alimentos, para un mundo cada vez más ansioso de calorías de origen animal y vegetal.
Inversión en infraestructura
Tenemos que reconocer que tenemos una infraestructura débil como consecuencia de las insuficientes inversiones en el pasado. Por eso vamos a invertir más en infraestructura, como ya lo venimos haciendo desde el año pasado.
La potencialidad de convertir al Paraguay en el puente que se tiende entre el Atlántico y el Pacífico es un excelente desafío que debemos aprovechar con inteligencia y arrojo. Y para ello debemos invertir no solo en caminos, rutas, puentes y obras viales tradicionales sino que tenemos que impulsar con verdadera energía el proyecto de la hidrovía, porque sabemos que el flete fluvial es el más barato para transportar las mercaderías y productos y por eso podemos ser más competitivos que otras naciones.
Por todo ello tomemos este gran desafío y mejoremos intensivamente no solo nuestras rutas y caminos de todo tiempo, sino que estudiemos también la factibilidad de la red ferroviaria eléctrica y pensemos en infraestructura multimodal, como necesaria red para toda la región y no solo en una perspectiva nacional.
Valor agregado a nuestros productos
El Paraguay es uno de los grandes productores de alimentos. En el ránking mundial ocupamos el privilegiado sitio de los mayores productores de soja, lo cual es un logro extraordinario.
Pero ahora debemos dar un paso más: vamos a darle valor agregado a nuestros productos del agro, para crear más empleo en nuestro país y para mejorar nuestra oferta de productos en el mercado exterior. Debemos dar el decisivo paso de industrializar.
La industria de la alimentación es crítica en el mundo y nosotros tenemos condiciones inmejorables para incentivar la producción de alimentos procesados. Este es un gran desafío para nuestros emprendedores, nuestros trabajadores y para el Gobierno. Desde el Gobierno tenemos que invertir más recursos en escuelas agrícolas, en las universidades de ciencias agrarias e industriales para producir técnicos y gerentes capacitados para los complejos agroindustriales.
Apostar al futuro
Ciudadanos y ciudadanas: apostemos al futuro. Olvidémonos de nuestras rencillas del pasado, Enterremos el hacha de nuestras guerras y luchas fratricidas para empuñar el arado, la máquina agrícola, la máquina industrial o los implementos tecnológicos de cara al futuro.
Los grandes saltos en la historia de los pueblos que se desarrollaron se hicieron con la aplicación de las herramientas tecnológicas del momento. Hoy en la era de la informática y la alta tecnología, empujemos con energía la inversión en la tecnología. Hoy ya contamos con el plan maestro de las tecnologías de la información y comunicación. Vamos a ejecutarlo.
Los paraguayos y paraguayas de hoy vamos a reafirmar nuestro compromiso con nuestro sistema de protección social, pues mientras persistan las vergonzosas desigualdades en nuestro pueblo no tenemos derecho a dormir tranquilos.
Desarrollemos nuestros recursos humanos, aumentemos la calificación de nuestra gente formando mandos medios, gerentes públicos y empresariales de alto nivel. Creemos en las políticas sociales como obligación ética del Estado, pero también como dinamizador de la microeconomía.
Soberanía energética
Hemos dado grandes pasos para cumplir otra de nuestras promesas de la campaña electoral.
Ya están en marcha las obras previas necesarias para el tendido de la línea de 500 KV desde Hernandarias hasta Villa Hayes. Y en poco tiempo más nuestro país recibirá del Brasil un aporte tres veces mayor que el recibía hasta ahora por la energía de su propiedad que le cede al Brasil. Este no es nuestro objetivo final. Los acuerdos ya firmados en las notas reversales apuntan a la total soberanía sobre nuestra energía. El Presidente Lula Da Silva se ha comprometido a ello, pero hay trámites legislativos que deben cumplirse. Pese a quienes se empeñan en descalificar nuestros esfuerzos, como Gobierno podemos decir que seguiremos adelante hasta conseguir nuestro objetivo principal: la soberanía energética.
Reforma Impositiva
Felizmente, y gracias a la buena gestión de los organismos recaudadores, la recaudación proveniente de los impuestos está creciendo favorablemente. Eso nos pone contentos porque mediante esos mayores recursos vamos a poder invertir más en la gente y en la infraestructura de nuestro país.
Pero no es suficiente para atender nuestras necesidades cada vez más crecientes. Las necesidades del Paraguay y los paraguayos son muy grandes.
Nuestro sistema impositivo sigue siendo injusto, y debemos crear uno que sea más justo, en el cual quien gane más pague más impuestos, como manda la justicia de la lógica y como ocurre en los países organizados.
Por ello seguiremos insistiendo en la aplicación del Impuesto a la Renta Personal. Con la aplicación de este tributo vamos a disminuir grandemente la evasión impositiva que es uno de los principales problemas, por los efectos colaterales que tiene este impuesto, ya que obligará a la gente a pedir comprobantes legales por todas sus transacciones, con lo que se incrementará el rendimiento del Impuesto al Valor Agregado (IVA), que es nuestra principal fuente de ingresos internos.
Compatriotas: no hay un minuto que perder. A trabajar, porque el cambio no se detiene en el Paraguay.
Foto: El presidente de la República Fernando Lugo.