Con este hecho se completa la liberación definitiva de una de las zonas más conflictivas y que ha generado un importante retraso en la ejecución de las obras de protección costera de la capital de Itapúa. La vivienda(foto) fue liberada luego de un acuerdo al que llegó la binacional con sus ocupantes tras varios meses de diálogo.
El derrumbe de esta casa, a más del gran simbolismo que encierra, también guarda en su interior parte de la rica historia de Paraguay. Según datos proporcionados por el doctor Lalo Morel, la vivienda en cuestión fue habitada por un ex prisionero boliviano de la Guerra del Chaco, llamado Ernesto Pardo Zambrana.
El ex soldado boliviano estuvo recluido en la Estación Sosa del ferrocarril, actual Moisés Bertoni, en el departamento de Caazapá. Tras ser liberado, fue recogido por Andrés Morel, delegado de Gobierno durante la revolución del año 1947, quien lo contrató como albañil, al conocer su destreza en este oficio.
A Pardo Zambrana se le debe la construcción de varias de las viviendas y edificios erigidos en la segunda mitad del siglo pasado en Encarnación, muchas de las cuales se encontraban en la Zona Baja.
Actualmente, como una especie de capricho del destino o como una señal de bienaventuranza, al igual que las otras viviendas construidas por él, su residencia es derribada para dar paso a una nueva ciudad, con una perspectiva urbanística diferente, que mira nuevamente a su río.
Este territorio, que ya tiene un importante avance del relleno, será entregado posteriormente a la comunidad con las infraestructuras necesarias.
Los propietarios de inmuebles y los comerciantes inquilinos y propietarios fueron relocalizados en lugares donde hoy ya desarrollan sus actividades de modo normal y en mejores condiciones, como lo es el nuevo circuito comercial, en las adyacencias del puente internacional San Roque González.