islenos1La Entidad Binacional Yacyretá (EBY), a través del área de Coordinación Social, de la sede Ayolas, coordina con los dirigentes de las islas del Brazo Aña Cuá los trámites para acceder a las viviendas construidas en el Núcleo II de las Mil Viviendas.

Son 100 casas, que representan una inversión de G. 11.203.284.650 de Yacyretá en el marco de un convenio con la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat (Senavitat).

Más de 20 dirigentes de las diferentes islas del Brazo Aña Cuá del río Paraná participaron de la reunión, en la que los funcionarios de la EBY solicitaron los datos de las familias que viven en estos lugares, pero que hasta el momento no han solicitado el acceso a las viviendas.

Hay una lista de personas que viven en las islas, pero que no quieren o no presentaron los documentos y las solicitudes correspondientes para acceder a las viviendas que están siendot construidas, explicó Martín Cantero, coordinador Social, sede Ayolas, de la EBY.

isleno0Aclaró, que la prioridad son las familias que viven y trabajan en las islas y no posean una casa en otra parte.

“Queremos saber la situación real de cada uno (por el que no han solicitado las viviendas), y por eso, estamos iniciando una etapa de diálogo con cada una de estas familias de isleños”, dijo.

La EBY acompaña las gestiones  de las solicitudes y las documentaciones de los interesados, pero la selección y adjudicación de las viviendas corresponden a la Senavitat, según explicaron. Los dirigentes de las islas participan del proceso para transparentar las gestiones.

Cantero dijo que con la entrega de viviendas lo que se busca es que los isleños tengan un lugar seguro donde vivir, cualquiera sea el comportamiento del tiempo.

“Que cuando se produzcan las inundaciones, ya no estén bajo carpas, acampados en el barro, sino que tengan un lugar seguro donde refugiarse; ya no queremos que niños y niñas dejen de asistir a clases porque no pueden salir con sus canoas hacia la ciudad”, explicó.

Recordó que con la concreción de las viviendas se dará una solución definitiva al problema, dejando de lado las asistencias de emergencia que son realizadas con cada crecida del río, hecho que implica altos costos operativos.

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