El director de la Entidad Binacional Yacyretá Ing. Ángel María Recalde señaló que no tienen ningún sustento las aseveraciones periodísticas que anuncian hechos de corrupción en torno a la maquinización del brazo Aña Cuá.
En declaraciones hechas a la radio 1° de Marzo, de Asunción, señaló que los precios a los que aluden solo son referenciales y puede variar de acuerdo a la complejidad de la obra y la competencia de las empresas. “Acá va a haber una licitación pública internacional dónde cómo mínimo tenemos la seguridad de que van a participar cinco grandes grupos”, dijo.
Añadió que se están anticipando conclusiones y oponiéndose una vez más a la ejecución de este tipo de obras. “Parece como si no se quisiese acompañar el progreso”.
Recalde fue tajante en que el Paraguay no puede seguir especulando con la realización de este tipo de obras relacionadas con la generación de energía. “Si no queremos hacer con los vecinos, intensifiquemos las obras en nuestros ríos interiores, o busquemos otras alternativas como la generación eólica, pero comencemos a pensar porque tenemos a la vista una fecha a partir de la cual vamos a comenzar a tener problemas en el suministro de energía eléctrica”, añadió.
Respondiendo a las críticas en cuanto a que la obra no debe iniciarse antes de que el Congreso apruebe la Nota Reversal, el Ing. Recalde dijo que el gobierno del presidente Horacio Cartes puso ese condicionamiento a la Argentina para llegar a este acuerdo, que ya fue firmado por los mandatarios de ambos países, y que la aprobación o no de la Nota Reversal, que tiene que ver con el ordenamiento económico y financiero de Yacyretá es responsabilidad del Parlamento. “Si no aprueba nuestro Parlamento es una responsabilidad de nuestro Parlamento, ya no es del Ejecutivo que dio una solución al tema”, dijo.
Añadió que la decisión de llevar adelante la maquinización del brazo Aña Cuá compete al Consejo de Administración y no necesita la aprobación del Congreso.
Consideró “una torpeza técnica” que hasta ahora no se genere energía eléctrica en ese lugar donde actualmente se tira como mínimo un millón de litros por cada segundo, de una altura de más de 21 metros. “Una catarata que podría haberse transformado en divisas directamente, estamos hablando de 75 y 80 millones de dólares por año que estamos tirando por los vertederos, esta obra hay que hacerla porque va a ser muy beneficioso para el país”, finalizó.