En la ocasión se entregó un total de 1.500 tejas y 800 ladrillos huecos que servirán para reformar la precaria vivienda en la que habitan en el Barrio San Vicente, que está hecha de madera y chapas de zinc, haciendo difícil la habitabilidad, especialmente en época de extremas temperaturas. Se otorgó además un kit de víveres compuesto por productos básicos de la canasta familiar.
La beneficiaria comentó que gracias a este aporte podrán vivir más dignamente, especialmente su hijo, quien desde su nacimiento sufre de parálisis infantil, por lo que necesita atención permanente, y ella no pudo trabajar y depende exclusivamente de la solidaridad de los vecinos y del trabajo de los hijos mayores para su subsistencia.
“Este es un aporte que demuestra no solo la sensibilidad de la EBY, sino de sus funcionarios, especialmente los de Misiones. Sabemos que no vamos a poder solucionar todos sus problemas, pero por lo menos queremos darle un poco de mejor pasar especialmente al niño”, expresó en la ocasión Rolandi.