Chiqui, el yaguareté cedido por el Refugio Faunístico Atinguy de la Entidad Binacional Yacyretá para un proyecto de reproducción en Corrientes se estrenó como padre con dos cachorros, en un hecho significativo para evitar la extinción de su especie.
El felino fue incorporado en enero del año pasado al Centro Experimental de Crías de Yaguaretés de la ciudad argentina, donde se encuentran otros ejemplares traídos de Argentina y Brasil, entre ellos Tania, la madre de los cachorros que se encuentran en muy buen estado de salud.
El Refugio Faunístico Atinguy es un centro de protección de la fauna silvestre realizando la reproducción de especies en peligro de extinción y con su colaboración con este proyecto cumple con su rol socioambiental.
Este Centro Experimental de Crías de Yaguaretés alberga actualmente a cinco ejemplares reproductores donados por zoológicos y centros de rescate de fauna de Argentina, Brasil y Paraguay, y sus instalaciones pueden albergar hasta tres camadas de crías de yaguareté en simultáneo.
El primer ejemplar en llegar al Centro fue la hembra Tobuna, la cual fue donada por el zoológico de Batán, situado cerca de Mar del Plata, en 2015. A ésta le siguió el macho Nahuel, fruto de una donación conjunta de los zoos de Buenos Aires y de Bubalcó en Río Negro, en 2016, y Chiqui, otro macho, entregado en préstamo reproductivo por el Refugio Faunístico Atinguy de la EBY, de la Margen Derecha.
El plantel de cría se reforzó con dos hembras: Tania, procedente del zoológico de Batán, e Isis, proveniente del Criadouro Onça Pintada en Brasil, siendo la primera vez que se traían yaguaretés de otros países para incorporarlos a un programa de conservación de la especie.
Tania, la madre de los cachorros, es la hija de Tobuna y fue incorporada al plantel de cría al observar que ésta no quedaba embarazada después de copular en varios celos sucesivos con los machos. La razón probable de la falta de embarazos sea la edad avanzada de Tobuna, estimada en 17 años.
Un dato significativo de Tania es que carece de una pierna, al perderla en un accidente cuando era cachorra en el zoológico. A pesar de esta minusvalía, la joven yaguareté aprendió a cazar por sí sola en el Centro y ha sido madre de los primeros cachorros nacidos en el Iberá en cerca de medio siglo.
El padre de los cachorros Chiqui, había nacido en vida libre y fue llevado al Refugio Faunístico Atinguy, después de que unos cazadores mataran a su madre.